Airbus más seguro que Boeing, ¿verdad o mentira? El reciente accidente del vuelo Air India 171, un Boeing 787 Dreamliner que se estrelló en las inmediaciones del aeropuerto de Ahmedabad el pasado 12 de junio de 2025, ha generado una oleada de conmoción, luto y cuestionamientos alrededor del mundo. Entre las preguntas más frecuentes que surgieron en redes sociales y medios de comunicación destaca una que, aunque parece lógica, puede estar mal planteada:
¿Es más seguro volar en un Airbus que en un Boeing?
Esta interrogante, ha dividido opiniones y ha reavivado un viejo debate en la industria aeronáutica: el de la supuesta “rivalidad” en seguridad entre los dos gigantes de la aviación comercial. Sin embargo, centrarse únicamente en el fabricante del avión puede distraernos del análisis real que debe hacerse cuando ocurren tragedias aéreas.
Pretendo explicar por qué la seguridad aérea no depende simplemente de una marca y por qué, más allá de preferencias o percepciones, la aviación comercial es hoy más segura que nunca, gracias a décadas de innovación, regulación estricta y aprendizaje continuo, tanto de Airbus como de Boeing.
Emociones vs. datos: el sesgo del pasajero
Cuando un accidente ocurre, es natural que el miedo nos lleve a buscar culpables inmediatos. Muchas personas tienden a generalizar: “yo no vuelo en Boeing”, “Airbus es más confiable”, “ese modelo es problemático”. Pero, ¿de verdad elegimos el avión al momento de comprar un boleto?
La verdad es que, como pasajeros, rara vez tenemos control sobre el tipo de avión en el que volamos. La mayoría de los viajeros compra boletos según precio, horarios, escalas o preferencias de aerolíneas, no según si el vuelo se hará en un Airbus A320 o en un Boeing 737 MAX. La percepción de seguridad basada en la marca del avión es más una ilusión de control que una decisión informada.
Por otro lado, los incidentes aéreos son tan poco frecuentes que cualquier accidente tiene un enorme peso simbólico. Sin embargo, esto puede generar una percepción distorsionada del riesgo real.
Los datos no mienten: la aviación es extremadamente segura
Aunque cada accidente aéreo es una tragedia, los datos globales muestran un panorama alentador. Según informes recientes, el año 2023 cerró sin ninguna fatalidad en vuelos comerciales de pasajeros, un hito histórico para la industria. Las estadísticas hablan por sí solas:
- La probabilidad de que un avión comercial moderno tenga un accidente fatal es menor a 1 entre varios millones de vuelos.
- Viajar en avión sigue siendo el medio de transporte más seguro, por encima de autos, trenes o buses.
Tanto Boeing como Airbus han sido responsables del diseño y construcción de los aviones más modernos y seguros que surcan los cielos hoy. La seguridad no es una cuestión de nacionalidad ni de marca, sino de sistemas redundantes, mantenimientos rigurosos, entrenamiento de tripulaciones, y cumplimiento normativo.
Boeing en la mira: antecedentes y reputación dañada
Es cierto que Boeing ha atravesado una crisis de confianza en los últimos años, especialmente tras los accidentes fatales del Boeing 737 MAX en 2018 y 2019. Los informes revelaron fallos en el diseño del software MCAS, problemas en la cultura organizacional, y una relación tensa con los reguladores.
Esto llevó a que muchas personas comiencen a mirar con recelo a la compañía estadounidense, incluso después de que las flotas fueron actualizadas y los MAX regresaron al servicio tras rigurosas revisiones.
Sin embargo, reducir todo Boeing a esos eventos es injusto y desinformado. El fabricante ha sido pionero en numerosos avances tecnológicos y ha producido aviones confiables durante décadas. El Boeing 777, por ejemplo, tiene uno de los historiales de seguridad más impecables en la historia de la aviación.
¿Y Airbus? No está exento de incidentes
Por otro lado, Airbus también ha tenido accidentes a lo largo de su historia. El A330 de Air France que cayó en el Atlántico en 2009 y el A320 de Germanwings estrellado deliberadamente por un piloto en 2015 son dos ejemplos trágicos. Ningún fabricante está completamente libre de incidentes porque la aviación es una industria compleja donde intervienen múltiples factores: humanos, técnicos, meteorológicos y organizativos.
Airbus ha destacado por su enfoque en automatización y ergonomía, mientras que Boeing históricamente ha apostado por mayor intervención del piloto. Ambos enfoques tienen ventajas y riesgos, pero lo cierto es que ambos fabricantes cumplen con los más altos estándares globales de seguridad, regulados por autoridades como la FAA (EE.UU.) y la EASA (Unión Europea).
Más allá de la marca: lo que realmente importa
Cuando un avión cae, la investigación no se detiene en el nombre del fabricante. Se analizan cientos de variables:
- Mantenimiento del avión
- Condiciones meteorológicas
- Estado mental y físico de la tripulación
- Procedimientos de emergencia
- Respuesta del sistema de control de tráfico aéreo
- Diseño de los sistemas del avión
- Protocolos de la aerolínea
Por eso, culpar al fabricante sin esperar el resultado de una investigación técnica es apresurado y poco riguroso. Lo que sí debe hacerse tras cada accidente es reforzar la cultura de seguridad, tanto en fabricantes como en aerolíneas y organismos reguladores.
Preguntarse si es más seguro volar en un Airbus que en un Boeing es como preguntarse si es más seguro conducir un Toyota o un Honda. Ambas compañías tienen décadas de experiencia, protocolos estrictos, certificaciones rigurosas y una evolución constante en función de la seguridad.
La discusión no debería centrarse en cuál marca es mejor, sino en cómo podemos seguir fortaleciendo la seguridad operacional en todos los niveles: diseño, mantenimiento, operación y supervisión.
El accidente del vuelo AI171 debe ser un catalizador para revisar protocolos, mejorar procesos y aprender de lo ocurrido. No para crear divisiones innecesarias entre fabricantes.
Porque, al final del día, el cielo no distingue marcas: sólo distingue preparación, precisión y compromiso con la seguridad.

